Michael Punke: El renacido

  


   Excelente novela que se presenta como un logro menor y que no lo es en absoluto gracias a la caracterización de los personajes y a la resolución de los conflictos que el autor les presenta a estos (y a sí mismo, claro) a lo largo de la trama hasta dejarnos ante un libro maduro, muy bien escrito, muy bien pensado y razonado, algo nada baladí en los tiempos que corren, abundantes en personajes y tramas caprichosas y sin coherencia interna. El renacido es una de las novelas de escritura más madura de todas aquellas con las que me he encontrado. Su autor trabaja desde dentro de la escritura para sacar lo esencial de ella, construir frases sin desperdicio ni lucimiento vano y conseguir algo que pocas veces hallamos en la novela de ficción:  un estilo que se pega a la historia narrada como una hermosa ropa a un bello cuerpo para mostrar sin engaño la gran categoría de lo que se ve y también de lo que no se ve (algo de lo que sabía mucho, mucho, Hemingway). Es el tipo de estilo que hace de la novela algo sólido, creíble, inmarcesible. Es el tipo de estilo que sirve para la lectura en voz alta, para la relectura continua, para recordarnos que cuando una voz narra ajustada a la verdad no necesita florituras ni una esforzada y evidente voluntad de grandeza. Qué agradable es recorrer un libro en el que se habla de lo que afecta a los personajes, de lo que ven y sienten porque está delante de ellos, en ellos y alrededor de ellos sin que el autor estorbe. Qué agradable es dejarse conducir por una prosa que no tiene trinos ni engolamiento, que no tiene trucos ni hinchazones, que no recurre a la frase hecha como el corredor ahogado en mitad de la carrera al agua presuntamente milagrosa ni como el basto cohetero al ruido hinchado y más que conocido de su arte vulgar. Michael Punke es un formidable escritor. Lo que se corrobora, como decía, con los finales bien meditados y trascendentes de las historias que nos cuenta, con las pausas encomiables que nunca demoran y con las peripecias bien delimitadas que acontecen cuando hay luchas, disparos y enfrentamientos y huidas apresuradas: no se muestran nunca énfasis innecesarios y machacantes y se apuesta en cambio por contar como fluía la vida en la época en que se desarrolla la trama: de manera segura, nítida y con un ánimo presto a recoger cuanto la existencia siembra y deja que brote antes o después para nuestro bien o para nuestro mal con el convencimiento de que al final todo habrá servido para algo, si bien se observa, porque la vida no es algo gratuito ni únicamente material ni irresolublemente jerárquico. 
   Una gran novela, una exquisita novela que gustará a quien aún no ha cerrado los ojos a lo que acontece por encima y por debajo de cielos inmensos.