Juan Eduardo Zúñiga: Un ruido extraño

   Usando la primera persona, con un estilo fluido y la emoción que procura un relato de persecución, misterio y un hombre armado que corre tras un desconocido, nos hallamos ante una de las historias con masyor contenido simbólico de Largo noviembre de Madrid, una de las más sencillas y de las más efectivas, transparente y plena de significado particular y universal. Opera aquí nuestro gran escritor por sustracción, equilibrando el texto para que no haya impostura en la narración, acomodándolo a la voz que cuenta y que no se entretiene más que en lo necesario durante su recorrido y transmite lo vivido y lo sentido para que notemos la inmediatez, lo extraño sin envolverlo en ropajes hiperbólicos ni cargantemente literarios. Recursos que hablan de la versatilidad de Zúñiga, de su gran capacidad para cambiar y adaptarse a lo que pide el relato, aun sabedor de que sus mayores logros suelen estar en este libro en los cuentos de estilo más enjundioso, de frase más elaborada, más sinuosa. Y lo hace sin que el conjunto se resienta, sin que parezca un mero intento, un añadido para el lucimiento o el relleno: por el contrario, aumenta el valor de estas piezas inmortales, bellas, trágicas y únicas en acierto mantenido dentro de un mismo libro en nuestra lengua.