Pluma blanca, de Robert D. Webb

   


   La delicadeza con que trata el hombre blanco al indio caído en combate contra otros hombres blancos, cómo le limpia la tierra pegada a su piel, cómo mueve sus brazos, la lentitud de sus acciones resulta absolutamente enternecedor y convierte en memorable a esta película menor artísticamente pero gigante en su reflejo exacto de lo que representa la pérdida del territorio ancestral y de la libertad de decisión, algo que les ocurrió a los habitantes originarios de los Estados Unidos, vistos con mucho desprecio en muchas películas de grandes directores y pocas veces tratados con aprecio y de manera reivindicativa, como pide, casi exige su dura historia.