Benito Pérez Galdós: La corte de Carlos IV

   


   Muy diferente a Trafalgar es esta novela que continúa las andanzas de Gabriel Araceli, ahora metido en líos de palacio y enredos entre marquesas y duquesas que aman y tiene secretos que ocultar. Servidor de una dama de alta alcurnia, después de serlo de una actriz muy reconocida, Gabriel se enfrenta a su concepto del honor y a su deseo de ser alguien importante y con un cargo o un puesto relevante, y llega a la conclusión de que no merece la pena conseguirlo de una manera que exige el disimulo, la doblez, la asechanza, el espionaje. Venderse al mejor postor no es la mejor idea, no es el mejor panorama para el futuro. Y aunque visita la corte, ve al rey y la reina, presencia acontecimientos que recalarán más tarde en los libros de historia, se aleja persuadido de que el hijo de su madre no puede hablar consigo mismo y mantenerse alzado y sin reproches íntimos e ingobernables, insufribles, vendiendo su conciencia y su libre pensar. De esta forma, Pérez Galdós traza un cuadro vivo y muy crítico del poder, muestra algunas entretelas abominables y define muy bien quiénes son los que mandan y cuáles son sus manejos para que el pueblo no sepa más que lo que a ellos les interesa que sea conocido. De nuevo una gran escena brilla con luz propia en el libro, aunque esta más breve que en el anterior: el encuentro con una mujer muerta que reposa en su cama después de entregar su alma y que despierta en Gabriel emociones inesperadas y muy decisivas. Y otra vez tiene uno la sensación de estar leyendo páginas de gran valor.