Jack London: El fuego de la hoguera

  


   Emociona leer este relato porque se nos cuenta una historia de supervivencia imposible y por la habilidad portentosa de Jack London para hacernos ver desde la mirada de un perro cómo sufre una persona (también por la descripción del carácter simple y arrojado del caminante por la nieve), pero sobre todo porque los elementos con que monta este relato el autor son genuinos, son material noble, que parece nuevo en manos de London, propio y como creado para este fin: estar cerca de un hombre equivocado que lucha contra el frío en unos parajes irremisiblemente helados sin más armas que la voluntad de sobrevivir y los consejos recibidos de un anciano. El lenguaje es preciso, la adjetivación justa y en algún caso inusual y alumbradora de imágenes de gran potencia, pero en todo momento está al servicio de la historia y, diría más, de la comunicación del sufrimiento de ese ser humano que va a morir aunque tenga recursos y buena memoria, ya que ha intentado lo que jamás un hombre debe enfrentar yendo solo: el enfrentarse a una temperatura bajísima, mortal. 
   Es otro excelente relato de Jack London, un escritor al que volver o al que descubrir hoy mismo.