Ah, si a más de uno le importara la opinión ajena.
En este breve relato, Baroja nos cuenta cómo se produce un gran cambio en dos personas frías y duras, al servicio de la gente poderosa, cuando viene a visitarlos la piedad, eso que en el lenguaje de ahora entenderíamos mejor si lo llamásemos empatía.
Cuando una mujer escucha cómo hablan mal de ella, decide salir fuera de su piel, averiguar qué ha movido a sus semejantes a tacharla de mala, y apenas se relaciona con ellos no puede evitar cambiar, sentir compasión y como un bien la cercanía de los que hasta hace poco solo eran para ella motivo de desprecio. Tan fácil como eso. O, al menos, así lo cuenta -tan magistral como siempre, tan directo y sincero como siempre- el inmortal autor vasco.
