Antonio Soler: Sur

   


    Esta novela absolutamente excelente sitúa a Antonio Soler en lo más alto de la literatura española actual, lo pone al lado de los más grandes - Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Juan Eduardo Zúñiga, José María Merino, Juan Marsé, Caballero Bonald-, sin ninguna duda y gracias a un libro que es un acierto de principio a fin, que no puede estar mejor escrito, mejor planteado, mejor trazado: rico en imágenes, rico en léxico, rico en escenas memorables, rico en fragmentos dignos de ser leídos en voz alta a un escuchante atento y releídos cientos de veces a ratos perdidos cuando se busca alimento de palabras para el alma, rico en personajes y rico en situaciones que son pura realidad del momento actual, que refleja como casi ninguna otra creación del momento. 
    Esta novela es una obra maestra, eso de lo que en tan pocas ocasiones puede alardear la literatura española, una novela que corre a ocupar un lugar junto a algunas de las más poderosas y perdurables de nuestra literatura -escritas por Martín-Santos, Goytisolo, Cela, Delibes- con paso seguro y estable. Me alegra infinitamente haber asistido al momento en que ha llegado a las librerías, en que se habla de ella, se escriben críticas y se la ensalza como se merece por todas partes. Estamos de fiesta: con novelas como esta, el mundo del libro tiene futuro, gracias a novelas con tanta valentía es posible encarar mejor todas las crisis literarias y es posible mirar mejor hacia delante compitiendo con el cine y las series de televisión -que, no nos engañemos, cada vez le restan más y mejores lectores a la narrativa. 
   Con una escritura libre, personal y evolucionada hacia lo más certeramente expresivo, con una secuenciación -los acontecimientos están registrados en un solo día de una ciudad reconocible- y un engarzamiento de sucesos nítidos, con un enfoque hacia los personajes altamente empático, con un humor delicado y con una gran sagacidad para hablar de lo que nos preocupa a los que estamos ante el libro, Sur respira siglo XXI por todos sus poros y, desde un realismo que ha superado todas las limitaciones y barreras autoimpuestas en épocas pretéritas, anda como un espejo por las calles que describe y ante los rostros que refleja y hace de las palabras virtud y éxtasis, eso que tantas veces les pedimos a las novelas de los más grades autores y que está aquí, pleno y rabioso, dulce y luchador, vivo en cada aliento: qué alegría que un autor tan cercano -de aquí al lado, de Málaga- lo haya conseguido y de una manera tan rotunda. Todos los que amamos la literatura estamos de fiesta.