Raymond Carver: Vecinos





   A la manera de Hemingway, Carver cuenta mostrando solo lo imprescindible, jugando con lo aparente para no ir más allá sino a medias, solo un poco, esperando que el lector ponga de su parte, complete, se inmiscuya y defina: sobre todo esto, defina, sí, porque en lo que parece indeciso, en lo que parece sesgado o hurtado se esconden posibilidades que el lector ha de coger y poner ante sí y completar, como si de un puzle se tratara, pero un puzle libre, muy libre, que es de cada lector y se crea solo por y para cada lector. Concreto, sugerente, tan exacto relato que conmociona con su belleza fría y comedida, tímida y plena de verdad. Por cierto, ¿qué fue de la gata?